Su médico de cabecera o un médico especialista, el nefrólogo, le realizará varias pruebas para determinar si usted tiene enfermedad renal crónica. Le extraerán sangre para comprobar ciertos valores de laboratorio. Además, se suele realizar un análisis de orina. Esto permite examinar qué sustancias se excretan en la orina y el nivel de excreción.
El hecho de que haya proteína (albúmina, una proteína concreta) en la orina juega un papel crucial. Si hay un aumento sostenido de la cantidad de albúmina en la orina, podría significar que la función de filtrado de los riñones se ha deteriorado, lo que también se conoce como proteinuria (o albuminuria).
Si se le ha diagnosticado enfermedad renal crónica, el segundo paso es desarrollar un plan de tratamiento que se ajuste a su situación personal.
Su objetivo será ralentizar la evolución de la enfermedad, aliviar los síntomas y reducir las complicaciones. Su tratamiento puede abordar problemas como:
Somos conscientes de todas las cosas que se le pasan por la cabeza en este momento.