Hoy me siento completamente agotado. Y mañana tengo otro tratamiento. Comienzo a preocuparme: ¿cómo hago para trabajar si un día tengo tratamiento y al día siguiente me siento mal? ¿Mejorará esta situación? ¿Por qué Dios me ha enviado esto?
Como la diálisis y la depuración sanguínea son tan solo una parte del tratamiento para mis riñones deteriorados, es necesario que modifique la dieta. Eso implica una reducción en la ingesta de líquidos, muy poca sal y el consumo de alimentos con bajo contenido de potasio y fósforo. Son tantas cosas en las que debo pensar... Janie es una excelente cocinera, pero esta transición me ha hecho perder hasta el apetito. Me han trasferido del hospital a un centro de diálisis. A partir de ahora, asistiré a centros como este.
Me he reunido con mi administradora de casos. Su nombre es Sheryl Fletcher y hace 25 años que es enfermera. Ella notó mi resistencia a usar la máquina de diálisis, y me dijo: "Amigo, ¡esta máquina es lo que le mantiene con vida!" También me informó sobre otras opciones de tratamiento, por ejemplo, la hemodiálisis domiciliaria, la diálisis peritoneal o un trasplante de riñón.
Mi esposa me dice: "Creo que estás deprimido", algo que niego. Pero ella insiste e insiste. Sí, admito que tengo muchas cosas en la cabeza en este momento. Pero, cuando debes dializarte tres veces a la semana durante varias horas, tienes mucho tiempo para pensar y repensar. ¡Ay, el tiempo! ¿Cómo usamos nuestro tiempo mientras estamos vivos? ¿Cómo usamos el tiempo de los demás? ¿Vale menos mi vida ahora que no soy tan productivo como antes?
Estoy familiarizándome con mis "materiales educativos"... o más bien con la manera que tiene Sheryl Fletcher de presentarme la información. Puedo hablar con ella sobre mis obligaciones laborales y mi necesidad de viajar. A veces reflexiono sobre el tiempo que he pasado con ella y puedo concluir que fue una buena sesión. En general, empiezo a sentirme mejor.
He logrado aceptar que la máquina de diálisis no es una necesidad ruidosa, sino que es mi nexo con la vida. También estoy contento con mis conversaciones con Sheryl Fletcher. Hace un gran trabajo no solo evaluándome sobre materiales específicos, sino también permitiendo que exprese cómo me siento con esta situación. ¡Realmente debo agradecer su enorme paciencia! Y he encontrado amigos entre los otros pacientes. Es una bendición no tener que pasar por esta situación solo.
Hoy no me toca diálisis: hoy celebramos la Navidad con mi comunidad. He tomado la decisión de bajar el ritmo. Mi familia representa una fuente de estabilidad para mí. Doy gracias a Dios por todo eso.